jueves, 16 de agosto de 2007

CUANDO UN DEDO APUNTA AL CIELO...

Sucede que es gratis. A nadie le manda recibo por la energía que se consume ni tampoco hay posibilidad de que “nos la corten”. Siempre ha estado ahí. El Sol ilumina, desde hace millones de años, sin restricciones.

Los cálculos científicos son abrumadores. Un solo día de rayos solares totalmente aprovechados sería suficiente para alimentar las necesidades energéticas del mundo durante ocho años seguidos. Es decir, que 24 horas de Sol equivale a más de 70 mil horas de energía planetaria.

Según el informe (R)evolución Energética que publicó el Consejo Europeo de Energía y Greepeace, las energías renovables (como el Sol) podrían contribuir hasta el 35 por ciento a la demanda de energía para el año 2030, siempre que exista consenso político para promover su desarrollo.

“El plazo para pasar del uso de combustibles fósiles a energías renovables es aún relativamente corto. Durante la próxima década, la mayoría de las centrales térmicas alcanzarán el fin de su periodo de vida técnico y deberán ser reemplazadas, pero construir hoy día una central térmica de carbón provocaría la producción de emisiones de CO2 que durarían hasta 2050. Por ello, cualquier plan elaborado por las compañías energéticas durante los próximos años será decisivo para definir el suministro energético de la próxima generación. Nosotros creemos firmemente que ésta debería ser la ‘Generación Solar’”.

En este sentido, cada vez más organizaciones, empresas y gobiernos optan por “cargar sus pilas” entorno al astro central. Pero hace falta camino por recorrer. Parece que los expertos en energía solar apuntan insistentemente su dedo directo al cielo. Pero el tonto mira el dedo. Equivoca. No va ni ve más allá.

Ahora la gran tarea es democratizar las tecnologías para hacer la conversión de energía: de los rayos solares al consumo común en viviendas, comercios, fábricas y automóviles. El reto es cómo acercar el Sol a la gente, sin que "queme". Que sea el cielo y no el dedo lo que se mire.

Esto hace evidente que todavía captar energía y transformarla en electricidad es una costumbre que vive en pañales, aunque al mismo tiempo crecen y se abaratan los costos para que un ciudadano común cuente con una celda solar a su disposición.

NO ME SALGAN CON QUE ES ILEGAL…

En México, la Ley del Servicio Público Eléctrico no permitía la generación de electricidad a los ciudadanos. Cualquier incauto con fotoceldas en su techo entraba a las estadísticas de delincuencia y rebeldía jurídica. Así de simple… y de absurdo.

Estas normas se reformaron en 1993 pero el artículo sobre energía solar no fue modificado, y nadie solía reparar en la caducidad que representaba.

No fue sino hasta principios de este año que el Gobierno de Felipe Calderón giró instrucciones a la Secretaría de Energía para impulsar la modificación de la Ley, la cual avanzó el pasado 27 de junio con su publicación en el Diario Oficial.

Con este cambio, la energía solar ya se encuentra libre de “delito” y puede ser generada a nivel residencial y empresarial.

Ahora lo que sigue es aterrizar, desde el ámbito de gobierno y desde las instituciones de ciencia y tecnología en México, una estrategia que equilibre la inversión en energías limpias. Una vida cotidiana donde lo que se mira y aprovecha sea el Sol: gratis, sin restricciones, sin recibos.

¿Quieres saber más sobre energía solar en México y el mundo? Entra: http://www.anes.org/index.htm http://www.greenpeace.org/international/solargen/


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