viernes, 12 de octubre de 2007

DE VINOS, VIADUCTOS Y PEATONES



A la luz de lo que acontece en Guadalajara por estos días, hace falta una cata de buenos vinos sudafricanos para hacer llevadero el calvario en el que se han convertido las avenidas, calles y zonas peatonales en la Perla, la transitadísima Perla de Occidente.

La bienaventurada Secretaría de Vialidad y Transporte en verdad tiene talento en eso de generar ideas creativas.

Con la precisión que caracteriza a los funcionarios de gobierno, el de Jalisco inició su campaña de información sobre el Viaducto López Mateos… ¡tres semanas después de que inició el experimento! Diez y nota. De verdad. (Y no es sarcasmo).

Por esto es preciso una cata de vinos sudafricanos, de carácter orgánico: para contrarrestar los efectos de la apabullante creatividad de la Secretaría.

Esta semana, el embajador de Sudáfrica en México, Mphakama Nyangweni, asistió a una cata de vinos en el restaurante Tinto & Blanco, en Guadalajara.

La buena noticia es que a ojo de extranjero le gustó la ciudad. La mala, es que no sabe qué diantres es eso de un viaducto en López Mateos, donde el automóvil rige el tiempo de los peatones.

Pero esa no es su responsabilidad. Nyangweni, un tipo afable y nada protocolario, explicó en la cata que su país se está abriendo a nuevas experiencias vitivinícolas. Hace 30 años, por ejemplo, los negros de África no tomaban vinos tintos. Estaba prohibido.

Como en México, cuando el tequila era una rara bebida para peones y asalariados, hoy el panorama ha cambiado y el vino sudafricano está en boca de más gente.

Además de las cavas y novedades habituales, gracias al empeño de varias empresas comprometidas con el medio ambiente Sudáfrica ya tiene vinos orgánicos de cepa verde.

Acaso la más reconocida es Sonop, cuyas granjas ecológicas de 750 hectáreas están produciendo líquidos Shiraz, Pinotage, Sauvignon Blanc y Chardonnay para consumo nacional y extranjero. Todo esto, al parecer, bajo el supuesto del comercio justo y el equilibrio ambiental.

“Nuestra filosofía es el desarrollo de uvas y vinos lo más naturalmente posible. No usamos herbicidas y nos limitamos a utilizar métodos naturales para combatir enfermedades y pestes de las plantas. Sin químicos y fertilizantes, solo usamos compostas hechas en la misma granja”, reza la filosofía de Sonop.

Pero volviendo a asuntos menos gratos. Si en África, México y en otras partes del mundo el posible evolucionar en proyectos ecológicos, ¿cómo es que en Guadalajara, en un tramo no mayor que 7 kilómetros, estemos cortos de visión y el Gobierno local no presente una propuesta novedosa, arriesgada, fundamental?

Una pregunta de fondo relativa al creativo experimento de la Secretaría de Vialidad nos conduce a una paradoja.
En principio, el beneficio particular del viaducto es agilizar la circulación de automóviles en una ciudad. El de López Mateos no sería la excepción.
De este modo, ¿por qué la Secretaría de Vialidad impulsa al mismo tiempo la implementación del viaducto y despliega un operativo para reducir la prisa de los automóviles? ¿Le tiene miedo a la velocidad?

Por lógica elemental, si el asunto es reducir la velocidad en López Mateos, ¿no sería menos polémico dejar la avenida tal cual está? Al fin es un gran estacionamiento en horas pico, ¿no?

¡Salud!

Más información sobre vinos orgánicos de sudáfrica: http://www.go-organic.co.za/, http://www.african-terroir.co.za/

EL VIADUCTO DESDE EL AUTOMÓVIL
El tiempo es relativo. Los segundos para cruzar el viaducto en auto son mucho menos que los que un peatón necesita para cruzar la avenida. ¿A quién priorizar? ¿Al auto o al ciudadano a pie?

jueves, 4 de octubre de 2007

EN EL MAR, LA VIDA ES MÁS SABROSA...


Es la letra que compuso el argentino Leo Marini. La cantaba al lado de la Sonora Matancera. Luego Tin Tán la hizo famosa en México, hasta que llegaron las burdas secuelas de “La Risa en Vacaciones”. Hasta ahí todo iba bien con esta rolita.

Ahora, los escoceses ya la reinvindicaron.

“En el mar la vida es más sabrosa” podría ser la música de fondo para el proyecto ecológico The Pelamis, diseñado por la empresa Pelamis Wave Power, la cual pretende instalar granjas de energía renovable sobre el vaivén de las olas.

El mecanismo es sencillo. The Pelamis consta de varios tubos flotantes, conectados entre sí. Cada tubo tiene dentro de sí un generador de electricidad mediante un sistema hidráulico, que se activa gracias al movimiento de arriba a abajo del mar.



La capacidad de generación de esta máquina es de 2.5 a 3 megawatts de electricidad por unidad, suficiente para dar luz a 1,500 hogares hogares.

Una granja como The Pelamis para generar 30 megawatts de energía cabe en un kilómetro cuadrado de mar y se destinaría para dotar de electricidad a 20 mil viviendas.

Veinte máquinas como esta le brindaría luz, siempre, todo el año, a una ciudad como Edimburgo.
Por lo pronto, Portugal es el primer país que está apuntado en la lista para experimentar con The Pelamis. Acaba de comprar uno de estos artefactos, con claras intenciones de adquirir más en el futuro.

“La energía del viento es más simple que la tecnología del poder de las olas, y quizá hacen falta algunos años para madurar la idea. La investigación debe continuar. Si pensamos en el primer aeroplano que el hombre inventó, quizá el mejor sistema no ha sido desarrollado todavía”, reconoce Teresa Ponte, del Instituto Nacional de Energía, Tecnología e Innovación de Lisboa.

¿Y LOS ‘PEADUCTOS’, PA’ CÚANDO?
En Jalisco, que no en el mar sabroso, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y la Secretaría de Vialidad y Transporte están enfrentados por la implementación del Viaducto López Mateos cada fin de semana.

El debate es ocioso, por supuesto. Pese a todo, hay un resquicio para sentir que la realidad podría estar cambiando. Pocas veces una instancia de Derechos Humanos en México aboga por los peatones, esos simples puntos que, sin embargo, hacen de la ciudad una verdadera ciudad.

En todo este asunto lo que realmente importa es la dimensión humana. Pero parece que el Gobierno de Emilio González Márquez ha caído en un escollo. ¿Cómo es posible que se publicite con bombo y platillo una Gran Alianza por Jalisco, el gran proyecto del Gobernador, si en el patio público de su casa no es posible poner orden?

Los peatones también necesitan un espacio, más allá de Vías Recreativas. Y las bicicletas también. Y el transporte colectivo, de calidad. La Gran Alianza por Jalisco y sus supuestos teóricos no deberían de ser sólo para automovilistas.



Hay necesidades apremiantes de las que ni siquiera se habla.

¿Y los derechos de vía para los peatones, los ‘peaductos’? ¿Y los espacios ordenados para un transporte público de calidad? ¿Y las ciclovías? ¿Y el uso eficiente de la energía y el espacio de la ciudad?

¿Esos, pa’ cuándo? ¿Hasta que el 70 por ciento de la población que no se traslada en auto presente una queja ante Derechos Humanos?

Más información: http://greenhousemexico.blogspot.com/2007/09/y-si-fuera-al-revs.html


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